Cuando
nos dijeron que la consigna era escribir ficción, lo primero que pensé fue que
prefería las consignas de siempre, porque no sabía bien qué decir. Al final
escribí lo primero que salió. Una escena de una obra de teatro en un sólo acto
donde se encuentran Barthes, Bourdieu, Privat, De Certeau y un profesor X. Conversan.
Es dudoso el carácter dramático del acto. La puesta en escena de algo así es
impensable.
Lo
bueno de salir del esquema del parcial convencional es que, aunque de alguna
forma hablan los autores, la ficción también permite incluir la voz de un
personaje que no está de acuerdo con ellos, o que hace preguntas más allá de
aquello que le pueden responder, proponiendo así otros problemas. Este aspecto
es el que más me gusta y creo que no tiene lugar generalmente en los parciales
habituales.
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