Tuve que hacer un trabajo para la facu
en el que me pedían que armara una escena de una obra de teatro pero que el
tema de esa escena fuera la bibliografía teórica de la materia que es
didáctica, o sea, tenía que escribir una obra de teatro que hablara de la
enseñanza. Y dije: “¿Qué mejor lugar para hablar de la enseñanza que la
escuela?”. Entonces diseñé mi escenario como un aula de colegio: pizarrón,
escritorio, profesora y alumnos. Pero a la hora de ponerme a escribir fue re
difícil “meterle” los temas teóricos. Siempre pensé que la teoría iba en textos
académicos y que en la literatura se “hablaba de otra cosa”. Pero, ¡oh
sorpresa!, acá me pedían que mezclara estas dos cosas que para mi siempre
vivieron en mundos separados. Al final lo resolví de una manera medio rara,
relacionándolo con algo que me imagine que me iba a pasar cuando diera clases:
hice que en la escena se mostraran los pensamientos de la profe en momentos en
los que se apagaban todas las luces del escenario y se dejaban de ver los
alumnos. El público sólo iba a poder ver, entonces, a la profe y a los
personajes que venían a su pensamiento. Esos personajes eran profesores que la
inspiraron o autores de textos que leyó y que la hacían reflexionar sobre cómo
estaba dando las clases. Y como dije antes, eso se me ocurrió porque pensaba
que algo así me iba a pasar cuando yo diera las clases. Pero cuando tuve que
hacerlo, me di cuenta que todo pasa tan rápido que no tenés tiempo de ponerte a
reflexionar durante la práctica misma sino que esas reflexiones vienen a vos al
terminar la clase, es como que después de un rato te “cae la ficha”.
Pero bueno, me fui de tema. Lo que
venía diciendo es que esa consigna me resultó rara, difícil, pero al final me
sirvió para repensar un montón de cosas ¿Por qué la literatura tiene que estar
separada de la teoría? ¿Por qué para reflexionar sobre la enseñanza hay que
escribir un texto académico? Si tuviera que hacer ejercicios de ese tipo más
seguido, hubiera sido más fácil hacer ese trabajo. Entonces, ¿podría
plantearles ejercicios así a mis alumnos? Tal vez para lo que más me sirvió ese
trabajo es para ver que los géneros no tienen que ser tan cerrados en sí y que
parte de ser una profesora de lengua y literatura puede ser ayudar a que ellas
se mezclen y sean una y no vivan
separadas entre sí por una “y”.
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