miércoles, 21 de noviembre de 2012

La ficción permite entender la realidad. Esteban Abeledo





¡¡¡Hola, queridos bloggeros!!! Otra vez yo después de tanto tiempo. Para todos los que me preguntaron, ya terminé mis prácticas. Fue toda una aventura. Gracias a todos por los mensajes de buena onda. Mis alumnos se portaron muy bien, jajaja.
Pero me gustaría hoy hablarles de otra cosa. No sé si ustedes se acordarán que a mitad de año conté que en la materia de Didáctica Especial, una de las materias que necesito para ser profesor, me pidieron que escriba un texto de ficción como una de las consignas del parcial de la materia. Los que lean esto por primera vez dirán “Un texto de ficción para la facu????????” Sí, así como lo oyen. Yo también me sorprendí. Ya estaba por mandar alguno de los cuentos con los que los deleité en más de una ocasión (y que muchos me han elogiado) cuando descubrí que la cosa no era así de simple: era una ficción, pero una ficción que tuviera en cuenta la bibliografía que habíamos usado en la materia. Encima había que elegir entre una obra de teatro, un cielito gauchesco, una historieta o un diálogo platónico. Y hacerlo durante las vacacioneeeeeessssssssssss.
Una de las cosas que había aprendido al entrar en la carrera era que Letras no hacía escritores, sino lectores. Así que, si querías escribir, te tenías que ir a un taller literario. En realidad, si los de Letras escribimos, escribimos monografías. Esta materia proponía lo mismo que una monografía pero de otra manera. Al igual que en cualquier monografía íbamos a tener que buscar información, pero el desafío era plasmar esa información en un formato diferente al de la monografía.
Con el desafío planteado, me puse a escribir. Escribir ficción me gusta porque no me obliga a hacer investigaciones exhaustivas y siento que no tengo que sacar de la galera hipótesis que hagan que Benjamin y Deleuze se pongan de pie para aplaudirme.
Lamentablemente no tengo vocación de dibujante ni de poeta, por lo que descarté la historieta y el cielito. Pensé que si hacía el diálogo platónico Sócrates iba a encontrar otro motivo para suicidarse, por lo que opté por la obra de teatro. Ahora la cosa estaba en meter la bibliografía. Sin embargo, poco a poco, a medida que iba escribiendo, no sólo me maravillaba de las cosas que se me iban ocurriendo, sino que sentía que podía hablar de cualquiera de los autores leídos porque el hecho de tener que “insertarlos” en mi obra me obligaba a releerlos y a entenderlos. Quien lo hubiera dicho???????? La ficción me permitió entender la realidad, jajajaja (perdón por la contradicción. Es que creo que soy muy gracioso). Ojalá que me haya ido bien. Crucen los dedos por mí, jajaja. Saluditos y nos vemos. Si me aprueban la obra de teatro, prometo que la subo.

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