miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cielito a la Hernández: rompiendo la guitarra.Emiliano Scaricaciottoli





La escena con la que se cierra la “Ida” del Martín Fierro quizás represente el primer gesto punk de la literatura Argentina. Romper el pacto comunicacional signifcó, para un Hernández aun crítico con los proyectos de Avellaneda y del Partido Autonomista, violar la continuidad de la lectura. Se leía hasta que el gaucho lo deliberaba. Para el parcial de Didáctica Especial, tuve que recuperar ese acontecimiento ficcional pero con fines críticos, teórico-criticos: desenrollar la bibliografía teórica dispuesta para esa cursada pero desde un soporte literaria. ¿Cuáles son los límites de lo literario? Aun desmarcándose de los estigmas cientificistas que los formalistas rusos pretendían, como escritores académicos aun cuesta pensarnos, imaginarnos, representarnos. Quizás, el afán de reproducción de discursos homologados, de metodologías estilísticas que los géneros evaluatorios nos exigen, oculta el rol activo de nuestra participación como estudiantes. Más ocupados en las consecuencias inmanentes e intelectuales que produjo la escritura de Freire que en los casos (en un devenir propio del régimen de experiencia), territorios, sujetos que su obra dejó tatuaje, la disyuntiva que planteaba Perlongher (otro lector a contrapelo de nuestra gauchesca) en cuanto al neobarroco caribeño y a nuestro neobarroso laborghiniano sigue vigente: tajo o tatuaje. ¿Cuál es la profundidad o el efecto de profundidad de nuestras lecturas? ¿Una mimetización con el horizonte enciclopédico del docente? ¿Una construcción inalcanzable de la distribución de conocimientos y discursos? De algún modo, sacarnos del soporte monográfico al cual estamos tan y mal acostumbrados, al menos en mi caso, me obligó a reflexionar sobre los alcances del estatuto ficcional como molde evaluativo. ¿Repetir o producir? Cuestiones poco Shakespearianas, porque para el escritor isabelino no se podía no ser hijo, era lo inevitable. Nosotros sí podemos, como alumnos, reapropiarnos de una práctica congelada, extraterritorial: la de la escritura universitaria contigua a la escritura de ficción.  Cuando me refiero, metafóricamente a romper con lo vedado, pienso críticamente el parcial de Didáctica Especial y mi trabajo como docente: ¿por qué no ensayar sobre lo prohibido? Correr los límites: los límites como alumno que libera la pulsión textual de su escritura de las cajas y los moldes “mono-ambiente” que la universidad reproduce. ¿Repetir o producir? Producir.

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