Creo no haber sido la única que se
sorprendió al ver que una de las consignas de un parcial domiciliario indicaba
escribir una ficción. Más aún, redactar un texto de ficción en el que uno, como
estudiante, diera cuenta de los saberes
aprendidos durante la cursada.
Si bien al principio no me sentí cómoda con
la tarea, porque no se trata de una práctica común a lo largo de la carrera y,
además, los géneros propuestos no son tampoco los más analizados, a medida que
la iba desarrollando, la consigna iba pareciéndome más amigable, y me cuestioné
si yo era incapaz de escribir ficción, cómo podría enseñar a hacerlo.
Resolví trabajar con los cielito
patrióticos, porque, en lo personal, implicaba un gran desafío darle forma de
canción dialógica a una argumentación y/o explicación. Al no ser un género
habitual para mí, encontré un doble aprendizaje para mi práctica docente, no
sólo la tarea de desarrollar y explicar técnicas de escritura, sino también
ahondar en conocimientos referidos a ese género.
Creo que escribir ficción, en la debemos
considerar saberes disciplinares específicos, es una práctica interesante, que
debería profundizarse en la carrera, ya que permite como ejercicio de escritura
permite desarrollar técnicas y conocimientos que suelen quedar soslayados por
la mera práctica analítica; y, al mismo tiempo, permite acceder a determinados
textos desde otra perspectiva, favoreciendo su comprensión.
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