En mi caso particular la literatura y la
escritura siempre estuvieron asociadas. No puedo recordar en qué momento
comencé a escribir por placer, aunque si puedo decir que el primer proceso de
escritura placentera estuvo asociado al aprendizaje en un taller literario que
tuve en la escuela secundaria. La materia era optativa, y la elegí sin titubear
frente a la opción Informática. Las consignas de lectura y escritura que
proponía la profesora me resultaban muy atractivas y prácticamente no vivía ese
momento de la semana en la escuela como si fuera una materia más, era “el
momento” en el que podía desplegar la creatividad y la imaginación sin necesidad de memorizar
fórmulas o copiar los dictados interminables sobre temas que no me gustaban en
particular. Cuando comenzamos a ver las consignas de Grafein, durante la
cursada de los prácticos de Didáctica Especial, recordé esos días del taller
literario, tal vez mi profesora de Taller Literario estuviera tomando en cuenta
esas ideas.
Si tengo que pensar en el momento en que
resolví la consigna de escritura de ficción puedo decir que fue agradable, no
lo viví como algo imposible de realizar aunque fue extraño escribir ficción
para un examen. Los estudiantes de Letras no estamos acostumbrados a
“desembarazarnos” de las estructuras que nos provee la formación académica y se
siente “muy raro” encarar un proyecto de esa índole. Siempre contamos con
restricciones del tipo: “sugiera una hipótesis basada en la lectura de textos
críticos” o la sugerencia de “apegate a lo que dice el texto” como una especie
de corset que está en íntima relación con el tipo de escritura académica que se
supone que debemos manejar a la perfección como estudiantes de Letras.
Retomando el caso particular de la consigna del parcial creo que la experiencia
es positiva y productiva en la medida en que nos otorga otro modo de encarar la
enseñanza porque muchas veces me he cruzado en los distintos manuales escolares
con consignas del tipo escriba tal o cual historia utilizando los recursos del
género estudiado. Los chicos no lograban desarrollar plenamente este tipo de
trabajo. Creo que a través de esta parte del parcial pude plantearme con una
consciencia mucho más plena la manera en que pueden ser resueltas estas tareas y la dificultad que plantea un
trabajo de este tipo para alguien que no está habituado a escribir ficción.
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