martes, 20 de noviembre de 2012

El tramo final de la carrera . Andrea Bloise



            El último tramo de la carrera. Hace dos años que trabajo como profesora, a pesar de que todavía no lo soy. Comencé el recorrido final del camino que le pgondría título a eso que intento ser con un parcial que me pedía escribir ficción. ¿Ficción en una materia que me prepara para ser docente? ¿Para qué me sirve escribir ficción?
            No sólo en el parcial, ya en el primer módulo de la cursada nos habían pedido que escribamos ficción, lo mismo en Didáctica General. ¿Para qué me sirve escribir ficción si no voy a enseñar a escribir ficción? No se puede enseñar a escribir ficción, no se puede enseñar y no se puede evaluar. ¿Y por qué no? Si me están pidiendo que escriba ficción y la van a evaluar es porque se debe poder.
            Me sentí uno de mis alumnos. Qué divertido es hacer ficción, pero qué molesto es hacerlo a partir de una consigna. ¿Y por qué tiene que ser molesto? La consigna es sólo un punto de partida, todavía estás escribiendo ficción, todavía es divertido. Pero no sé por dónde empezar, ¿cómo lo puedo hacer?, ¿qué me van a corregir?, ¿cómo lo van a corregir? Alguna trampa tiene que haber.
            ¡Pero me están pidiendo que use la bibliografía teórica para escribir ficción! ¡Eso no es ficción, es un trabajo de análisis disfrazado! Aunque, ¿no será que en realidad los trabajos de análisis son ficciones disfrazadas? Pongamos a dos expertos en una tema a discutir; si dos personas pueden tener lecturas tan diferentes sobre una misma realidad, ¿no estaremos creando ficción sobre esa realidad que analizamos? ¿No sería sencillo pensarlos como dos personajes de una comedia de equivocaciones? ¿Cuántos ejemplos en las ciencias hay que se parecen a una comedia de equivocaciones?
            ¿Entonces me pasé toda la carrera escribiendo ficción? ¡Que no digan después que en Letras no se enseña a escribir ficción! Sólo la disfrazamos un poco, le ponemos una pizca de lenguaje formal, una cucharada de márgenes prolijos, otra de interlineado y bibliografía a gusto.
            ¡Pero me están pidiendo una consigna que no tiene nada que ver con nada! Me sentí otra vez uno de mis alumnos. Analizá estas veinticinco oraciones y después escribí un cuento fantástico. Decidite, ¿qué me vas a enseñar? ¿Y por qué no todo junto? Teoría, práctica, ficción, ¿qué tenemos que aprender?, ¿qué tenemos que enseñar?, ¿qué me van a evaluar? ¿La historia?, ¿la estructura?, ¿la bibliografía que usé? ¿Por dónde empiezo? Empezá por lo más natural y lo más difícil: hacer ficción, empezá por eso que olvidaste en la carrera porque estabas concentrado en estudiar bien la bibliografía, cuidar el lenguaje formal y emprolijar los márgenes. Y acordate cuando enseñes de que uno no enseña a hacer ficción, eso ya lo sabemos naturalmente, enseñá a pensar la ficción, a reflexionar sobre ellas y sobre todas las cosas que abarca. Como un trabajo académico lleno de autores y márgenes prolijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario