El género
historieta fue el que elegí para la resolución de la consigna de escritura “ficcional” del parcial de Didáctica
Especial. La elección se debió a una afinidad particular que entablé
recientemente con el género a través de la novela gráfica de Marjane Satrapi.
La consigna
solicitaba que ficcionalizaramos un
problema de la enseñanza de la lengua en un soporte no académico. Plantear una
situación me fue difícil porque quería enmarcarlo en un problema áulico y yo no
había pisado un aula dado que hasta agosto trabajaba como secretaria. El
disparador fue un texto de bilingüismo que me comentó Julieta que cursaba por
entonces Dialectología Hispanoamericana. Yo vivo en Glew y aquí hay una
comunidad paraguaya y boliviana importante. El tema del Leísmo me pareció
actualizar una posible situación que se vive en los colegios. Cupo pensar ¿cómo
nos enfrentamos a estas variaciones dialectales? ¿cuál es la postura de un
docente y qué criterio adopta frente a la distinción dialectal? La escuela
pensada como arena de poder puede reproducir la ficción hegemonizante de la
Lengua y estigmatizar a los hablantes bilingües de comunidades no
hispanohablantes.
Dado que yo soy
del área de literaturas y no cuento con formación en sociolingüísticas, la
elaboración de la historieta me llevó a profundizar el tema para poder trabajar
el fenómeno del leísmo.
Imbuida en los
cómics le propuse a mi hermana, Julieta, si me ayudaba con la parte gráfica. La
resolución se volvió tensa porque debíamos congeniar diferentes estrategias y
tomar una decisión conjunta sobre cómo encarar la distribución de las viñetas y
la caracterización de los personajes. Lo más divertido fue buscar en Internet a
los teóricos vistos y tratar de retratarlos. Creo que el profesor Bombini nos
salió idéntico.
Sin embargo, dado que nunca había realizado
una historieta encontré muy estresante incorporar las voces de los autores y
dar un final contando con tan poco espacio.
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