miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Esta es una pregunta de parcial? Baier, Sofía



a.     
            Esa pregunta retórica (cuya respuesta para mí era obvia: no puede ser que me pidan esto) fue básicamente lo que se me cruzó por la cabeza al enfrentarme con la consigna de parcial. Y es que, a decir verdad, rompe un poco con las expectativas que uno tiene dentro del ámbito universitario: los géneros evaluables son las monografías, ensayos…y paremos de contar. El texto tiene que seguir ciertas pautas formales relativas al vocabulario, la estructura y cuidadito con usar la primera persona…ahora me encontraba con que debía no sólo salirme de esos esquemas sino también poner algo mío, del orden de la creatividad, cruzándolo con cuestiones bibliográficas. O sea que el desafío era doble: inventar una ficción que estuviese buena, que siguiera ciertas pautas (yo elegí el diálogo platónico) y a la vez dar cuenta de la lectura crítica de los textos. Con extrañeza, pero lo hice.
            Ahora que atravesé las prácticas pienso: en la última prueba que les tomé a los chicos sobre poesía les pedí que escribieran un pequeño caligrama. La situación era la siguiente: era un miércoles en las dos últimas horas, hacía una sensación térmica de más o menos cuarenta grados dentro de ese aula con techo de chapa (terrible pero cierto), y los pibes ni chistaron. Y me hicieron caligramas buenísimos, muchos obviamente referidos al calor. Ahora que lo reflexiono retrospectivamente me pareció lo más normal del mundo tomarles algo así, y ¿por qué? porque justamente como habíamos estado viendo poesía y vanguardias habíamos llegado a la conclusión de que no había que tener “una inspiración divina” ni algún “don especial” para sentarse y escribir lo que a uno le saliera, y claramente los chicos también lo vieron así, lo que explica que hayan podido desarrollar las actividades de escritura que yo proponía en el aula lo más bien. Conclusión: después de, como alumna, haber atravesado tantos años en una universidad, de haber leído y re leído distintos géneros, disquisiciones en torno a esos géneros y demás, no fui capaz- a la hora de enfrentarme a una actividad  en donde se requería poner en práctica todo eso que uno se sabía de memoria sobre la historia de cómo se van conceptualizando los géneros- de encarnarlo sin prejuicio. Y como profesora, no dudé ni un minuto en tomarlo. Algo habrá sumado el cambio de perspectiva, ¿no?

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