Durante la cursada pude reflexionar partiendo desde el material teórico dado sobre la problemática de la enseñanza de la Lengua y la Literatura a partir de la concepción del docente como un mediador que pueda descubrir caminos de análisis y de creatividad al mismo tiempo. Creo que pude comprender que es mucho mejor tener interrogantes y descubrirlos en el aula, antes de estar proyectando a priori las necesidades de un grupo. A menudo, nos suele suceder que las imposiciones de las instituciones y las currículas suelen desvirtuar o desviar nuestra atención sobre los que debieran ser nuestro verdadero objetivo: las necesidades del grupo. Las problemáticas pautadas desde el material teórico nos advertía sobre la importancia de la Enseñanza de la Lengua y la Literatura desde una concepción creativa y no como una transmisión dogmática de contenidos poco maleables para el alumnos al encarar esta materia como contenido, en lugar de pensarla como un espacio de descubrimientos. La idea de pensar la materia como un espacio en que la creatividad y la necesidad creativa interpele al usuario de la Lengua sobre su uso y efecto del uso, hace pensar en la actividad que a diario ejercitamos con el Uso de la Lengua y que al hacerlo consciente nos motiva a generar alternativas, planificaciones y estrategias de efectividad de acuerdo al registro y al contexto de uso. Pensar la enseñanza de esta materia como un taller es poner las posibilidades lingüísticas a prueba y comenzar un camino de búsqueda de opciones y de crecimiento en la expresión misma. Que la inventiva surja es la tarea de la motivación docente, una vez que el grupo accede a este camino de expresividad ya empieza un verdadero camino de búsqueda personal. Que la clase sea un espacio de difusión de voces en la que la ficción aparezca como alternativa y manifestación personal es una experiencia maravillosa. Es muy enriquecedor para el docente y también para los alumnos. El aula se convierte en un Taller (en todo el sentido de la palabra) en el que el trabajo, la convivencia, la prueba, el error, la búsqueda y la creatividad se ponen en funcionamiento. En la materia se nos ha dado la posibilidad de generar nuestras propias voces, desde la opinión, desde el debate, desde los interrogantes y por suerte también desde la creatividad. Esa experiencia pudo dibujar un camino de lo que sería el desafío de enfrentar la tarea de enseñar una materia como esta. Esta forma de apropiación resulta muy enriquecedora y posibilita que como alumnos experimentemos el desafío de encontrar caminos creativos de enseñanza para la enseñanza creativa.
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