Creo que la consigna solicita que hagamos algún tipo de reflexión a propósito del hecho de que la cátedra propuso que reuniéramos en la misma producción textual la escritura de ficción con la escritura universitaria más convencional que suele hacerse sobre un corpus de textos académicos. Supongo también, que se refiere con esto a la segunda consigna de nuestro primer parcial, en la que se nos solicitaba que escribiéramos un cielito patriótico o un diálogo socrático en torno a algún problema de la enseñanza de la lengua y la literatura. En realidad, esa fue, para ser exacta, la primera actividad que se me vino a la mente cuando leí las preguntas de este segundo parcial, pero luego, conversando con una compañera de la comisión, nos dimos cuenta de que otra de las consignas, tal vez aquella que tuvimos que entregar en una primera instancia a modo de informe a partir de observaciones directas de un docente de secundario, también podía contener ciertos elementos de ficción. Me refiero con esto a que ya en aquella pregunta se nos solicitaba que repusiéramos una escena del aula, más bien un corte significativo de una escena del aula y luego pasáramos a analizar los aspectos que fueran relevantes para el tema que nos proponíamos iluminar. Y si bien en toda producción textual, aún en la más convencional dentro del registro académico, hay un recorte, y por lo tanto una intervención en los textos que no es parte de los textos mismos, y que supone un plus de inventiva, acaso de ficción sobre la lectura, es mucho más notable, la manera en que esto se filtra cuando intentamos escenificar algún registro etnográfico, como el que nos tocó realizar entonces. Eso es lo que más disfruté de esta materia y fue este un recurso que también me sirvió para contestar la pregunta anterior de este parcial, que solicitaba algo parecido.
En cuanto a la producción del cielito patriótico, creo que lo que me interesó fue la posibilidad de tener que pensar de manera sintética y picaresca, es decir, con distancia, una cuestión fundamental como es la enseñanza de la lengua y la literatura en el secundario. Fue la consigna que más rápido respondí y con la que más empatía tuve, y creo que esto se debe a que mi naturaleza se inclina más bien por este tipo de registro, cómico y crítico y no tanto riguroso y solemne y también creo que esto nos obliga a problematizar los temas de una manera más profunda que cuando podemos explayarnos conceptualmente en una respuesta clásica.
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