sábado, 4 de diciembre de 2010

Didáctica Especial: ¿práctica o bibliografía? Leticia Baico


Al cursar “Didáctica General”, me encontré con una materia de carácter teórico, donde la lectura, interpretación y apropiación de las lecturas era central para la aprobación; no sentí entonces que aprendía sobre una práctica, sino sobre diferentes teorías didácticas. “Didáctica Especial” se ubica exactamente en la antípoda: experimenté claramente que se trataba más de una práctica que de una teoría. Sí, quizás esto sería criticable por muchos intelectuales, incluso probablemente los catedráticos de la materia intentarían desesperadamente refutarlo por completo, con frases del tipo: “-Entonces vos no habrás leído toda la bibliografía que dimos”. Lo cual -como con todas las materias que uno cursa en la exigente vorágine de la UBA- no sería nada falaz. Sin embargo, eso no es el quid de la cuestión, dado que más allá del acercamiento teórico de la asignatura, éste no se volvió nunca una exigencia (como lo suele ser en casi todas las materias), sino más bien un ofrecimiento, una posibilidad, un camino para mayor rendimiento como profesores.

Creí que sería aburrida la cursada. Incluso me pareció tedioso y creí innecesario, en muchos casos, todo el recorrido de envíos y devoluciones de guiones, observaciones, diagnósticos y autorregistros. Pero la verdad es que, al final de cuentas, noté que yo misma había logrado trazar (incluso independientemente del trabajo de mis colegas de prácticas) mi propio camino, con mi propio tinte, con un claro avance, y con una trayectoria que me era plausible de constatar y comparar a lo largo de los diferentes escritos que, por suerte, se me había exigido realizar.

Si bien no me gustó el tipo de configuración del parcial domiciliario (sentí que pasaba de lo escolar a lo infantil), la apropiación de los textos me pareció, finalmente, muy oportuna y original. Me siento muy satisfecha con mi paso por la cátedra y creo que, más allá de los prejuicios, es muy positiva tener al fin una instancia práctica y no tan teórica. Gracias a todo esto, hoy en día puedo afirmar que he experimentado el pasaje del rol cómodo del “alumno”, al desafiante pero fascinante mundo del “docente”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario