sábado, 4 de diciembre de 2010

Para tener presente – Yanel Martínez Risso

Apropiarse de lo aprendido no es aplicar mecánicamente la teoría, y bien lo sabemos quienes estudiamos Letras en la UBA. Ahora bien, ¿de qué se trata entonces? Nos proponemos pensar en ello.

Los enfoques generalmente se “traducen” en modelos de prácticas y de estrategias de las que decidimos, como docentes, hacer uso o no hacerlo.

Una vez aceptado que no existen recetas para tener éxito en la acción efectiva, resulta fácil sentirse desamparado, o por lo menos absolutamente independiente de las teorías. Es decir, resulta fácil plantearse que los modos de mirar, de posicionarse, de planificar y de llevar a cabo un trabajo son asuntos que simplemente “se irán dando”. Por eso mismo carecería de sentido el conocimiento de cualquier enfoque pedagógico.

Esto redunda en caer en el extremo opuesto. ¿Por qué desdeñar de las experiencias anteriores a la nuestra? ¿por qué no hacer algún uso de las reflexiones que otros hicieron sobre los temas que ahora nos ocupan a nosotros?

El saber concerniente a cada enfoque para la enseñanza de la Lengua y la Literatura es necesario no sólo en tanto selección de contenidos, sino como forma de poner en tela de juicio qué es lo que enseñamos y cómo: tener presente que no se trata de un conjunto de conocimientos fijo y neutro, sino de una construcción histórica enmarcada en una institución y en un estado concretos.

Traer las lecturas a nuestro presente no es simplemente recordar un texto frente a una situación que plantee como similar, es más bien desarrollar una actitud crítica que nos permita que esos textos sean herramientas para analizar, comparar y edificar nuevas prácticas.

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