miércoles, 30 de noviembre de 2011

Edgardo De Bernardi -Vimos un puente después de haber cruzado el río

Al momento de leer la segunda consigna del parcial pensé que existía una incongruencia entre la pretensión de la cátedra de proponernos escribir un texto de ficción y la situación misma de parcial, que exige y abre la expectativa de otro tipo de escritura. Y si bien la consigna fue divertida, aún lo sigo pensando.

Supongo que adopto este posicionamiento en razón de años de cursada en que jamás se nos puso, como estudiantes, ante la situación de tener que escribir literatura. Y menos aún, ante la situación de escribir ficción en el marco de un parcial. La escritura de ficción estuvo, al menos en mi caso, siempre relegada al ámbito privado hasta que, finalmente, dejó de existir. Por otro lado, la escritura ficcional en situación de evaluación me lleva a pensar que existe una zona en la que es patente la escisión entre la literatura y la transmisión de conocimientos. No lo veo mal. Creo que hay situaciones que conllevan determinadas exigencias en los sujetos. En este sentido, veo que la consigna propuesta por la cátedra es en sí una propuesta que, al mismo tiempo en que hace aflorar una carencia o una práctica relegada en la carrera de Letras, promueve una actividad un tanto lúdica (ya que si bien posibilita la creación, debemos también dar cuenta de lecturas prescritas) que nos pone en la situación de (futuros) docentes de instituciones educativas distintas a la Universidad en donde se hace necesaria una cuota de divertimento para enseñar. En el primer caso, la consigna es un poco extraña en tanto constituye algo no esperable como instancia evaluatoria. En segundo término, la consigna es una especie de puente al ejercicio de la docencia. Pero es un puente que vi cuando ya había cruzado el río.

Resta el consuelo de haberlo visto.

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