viernes, 29 de noviembre de 2013

¿Y por qué no? - Florencia Savarino





            Hoy llegué a casa y le conté a Julio que Ariana, una de las chicas del curso, había llevado todos los elementos que necesitaba para representar a su personaje: un traje con camisa y corbata, una peluca y un bigote. “…se cambió en el baño, caminó por el pasillo y subió las escaleras hasta el aula del segundo piso…” Enseguida, Julio, quizás asustado por la posibilidad de que una estudiante vestida como hombre me generara problemas con la directora, me preguntó “¿Y eso se puede hacer en la escuela?”. Me reí muchísimo y le contesté: “¿y por qué no?”. No lo juzguemos, ustedes saben que es un muchacho muy abierto y alejado de prejuicios. Pero, supongo que su experiencia en las distintas escuelas a las que fue le dice que “eso” no se hace en una institución educativa, porque no está permitido y punto. Esto me llevó a pensar en la segunda consigna del parcial de Didáctica Especial. Sí, sobre el que les hablé anteriormente. Aquel examen me recordó que en algún tiempo lejano existía una chica que quería estudiar Letras porque, además de leer, adoraba escribir. Y no, no precisamente monografías y ponencias, sino poesías y cuentos. Esa chica leía sobre surrealismo y literatura latinoamericana. Llevaba a donde fuera un librito de Pizarnik y un cuaderno de escritora, porque siempre podían llegar a ser útiles. Ustedes se preguntarán, entonces, qué carajo tiene que ver una chica de trece años disfrazada de oficinista con un parcial de Didáctica y con mi “yo antes de Puan” (claro, en realidad, la historia universal se divide en A.P. y D.P.). Lo que ocurre es que la consigna de la cual me mofé al principio y dije “qué boludez” me devolvió ese espacio que la carrera (en el sentido más amplio del término) me había hecho olvidar. Desempolvé, entonces, mi propia gramática de la escritura que estaba debajo de los diccionarios de griego y latín y escribí una obra de teatro. He aquí el dilema (ser o no ser): en Puan no se escribe ficción, NUNCA. Bueno, quizás algún profesor crea que ciertos parciales deberían ser considerados “ficción”, pero no es a lo que me refiero. En Puan te recibís de Licenciado en hacer una carrera y escribir monografías. Los denominados “prácticos” (generalmente) no son más que teóricos solapados en los que el conocimiento circula de ese modo tan puaner, tan academicista. Por esto, ya cursadas todas las materias, la idea de escribir ficción en Puan me parecía un oximoron. Yo también, como Julio, creía que “eso” no se podía hacer en la facultad, porque ¡imaginate si te agarran Trinchero o Morgade! Ahora, después de la peluca y el bigote y las obras de teatro (la mía, la de Arlt y las que generaron los pibes) soy yo la que me respondo a mí misma “¿y por qué no?”.

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