viernes, 29 de noviembre de 2013

La escritura como juego: Volver a mirar por primera vez. - Marina Garrido




La consigna que invitaba a presentar una perspectiva teórica bajo la forma de una escritura ficcional me resultó muy productiva.  Me pareció que esta actividad me obligaba a desautomatizar mi propio discurso.  Las fórmulas habituales no tendrían lugar, había que salir del lugar cómodo que uno crea en años de relación con los géneros académicos.
Elegí la estructura del cielito de la tradición gauchesca porque me parecía que sería una manera de acompañar desde lo formal la elección temática efectuada.  Reflexionaba sobre el conflicto entre el imperativo de estandarizar la lengua en las escuelas y la voluntad por no estigmatizar las hablas dialectales, y el género del cielito, justamente, recurría las voces populares marginadas. Además, habitualmente se estructuraba en torno a un tema sobre el cual se iban desarrollando sucesivamente diversas opiniones, lo que lo volvía un molde muy pertinente para presentar la discusión mencionada.
El requerimiento de justificar la elección del género utilizado me obligó a no decidirlo al azar, y, correlativamente, me permitió que el trabajo adquiriera mayor coherencia, que forma y contenido articularan un todo.
            El llevar a cabo la consigna me vinculó con lo lúdico, con el placer del juego rítmico, mover las palabras como piezas que debían ajustarse a sus posiciones sin perder de vista el significado del que eran portadoras.  La forma misma me iba guiando y en cierto punto los conceptos parecían acomodarse mágicamente a sus lugares en los versos.
            Y, mientras escribía me daba cuenta de que se quebraba ese hábito académico por el cual la forma se reitera hasta hacerse invisible.  Ese era el sentido que adquiría para mí el trabajo, el extrañamiento, la novedad, la aparente dificultad que hacía productiva la tarea en el acto mismo de superarla.
            Y creo que ese el efecto más positivo de la escritura ficcional, suelta amarras, desautomatiza, obliga al movimiento frente a las formas académicas más estáticas, menos flexibles. La escritura ficcional  insta a salir del lugar conocido hacia los no explorados porque exige una mirada nueva aun frente a los mundos cotidianos y seguros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario