viernes, 29 de noviembre de 2013

Ay, diosito santo, bajame un cielito del cielo- Julia Patiño





En la consigna de escritura ficcional yo escribí un cielito gaucho acerca de la escritura ficcional en la escuela y, particularmente, acerca de las propuestas y postulados del taller Grafein y por Rodari. Fue un desafío bastante interesante ya que creo que no hay género que se aleje más de la escritura académica que el cielito, debido principalmente, a su pretensión por imitar la oralidad de los gauchos iletrados de La Pampa del siglo XVIII y XIX. Sin embargo, este cielito debía dar cuenta de la lectura, comprensión y reflexión de los textos escogidos de la bibliografía. ¿Cómo articular, entonces, dos universos paralelos cuando nosotros estamos, claramente, situados en uno de ellos?
La clave para mí fue la concesión. Mi intensión fue plantear lo que me parecía más importante acerca de los textos, respetar los enunciados fundadores, o los más reflexivos (tratando de no pensar meramente en ‘ideas principales glosadas’) y a su vez, respetar las características fundamentales del género cielito, la métrica, el presente de la enunciación y las abreviaciones, que son propias de la oralidad. No fue un trabajo sencillo porque en el proceso de escritura de este cielito que no habla de sus tópicos genéricos (la guerra, el campo, el mate, la amistad, la pobreza y la injusticia), éste no debía transformarse en una respuesta de parcial que pasara de la prosa a la rima automática y mecánicamente. Tampoco debía ser, el cielito, un Frankenstein textual: incluyendo un elemento de acá, un elemento de allá sin ninguna articulación mediadora. Mi objetivo era escribir un cielito lo más armónico y orgánico posible respetando ambos universos literarios cuyas características, pese a parecer incompatibles, debía unificar y amalgamar.
Mirando en retrospectiva, creo que el producto de esta tensión entre respetar el contenido de los textos y/o respetar la forma del cielito –“forma y contenido” nos transporta a una época muy antigua de la crítica literaria, pero sin embargo voy a utilizar esas categorías porque en esos términos lo pensé en el momento de escribir el parcial- se presenta priorizando el contenido, es decir, ser fiel a lo que los autores proponen y reflexionan. Sin embargo, y sin pecar de soberbia, estoy contenta con el resultado en cuanto a organicidad del cielito. Me parece que, en definitiva, se puede leer como una unidad completa y no como una sumatoria de fragmentos. Esa fue uno de mis principales objetivos en cuanto a la consigna de escritura.

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