viernes, 29 de noviembre de 2013

Las respuestas de parcial versus la necesidad de elaborar una respuesta creativa. - Leandro Kriado y Espinosa





   A lo largo de nuestra carrera, he notado, al menos en mi caso, que existe una tensión entre la forma y el contenido de nuestras producciones. La mayoría de las veces, realizar un buen parcial o una monografía correcta pareciera consistir más en un ejercicio de forma que en un trabajo de reelaboración personal del contenido. La clave del éxito- más allá de la insistencia de los profesores de pedirnos que no nos limitemos a repetir lo desarrollado por ellos en clase- radica, justamente, en volcar las líneas generales de las lecturas que una cátedra determinada ha realizado sobre el objeto de estudio seleccionado. Se trata de reproducir un formato específico como el de la escritura universitaria, a fín de que aquellos que opten por continuar una carrera académica no rompan con los protocolos o pactos de escritura sobre los cuales se apoya el género académico. A veces basta con leer el parcial o monografía de un compañero para caer en el absurdo de reconocer la propia escritura en la del otro: ¿cómo puede ser que dos personas diferentes hagamos parciales idénticos? ¿Acaso somos máquinas?
   Con la consigna del primer cuatrimestre, debo admitir que la experiencia resulto diferente: por un lado se apelaba a que uno repusiera los contenidos estudiados, pero, por otro, el desafío  consistía en que uno mismo transformara esos contenidos a partir de su capacidad creativa. ¿Quién que no haya cursado la carrera de Letras, en algún momento de su vida, no pensó en ser escritor? El ejercicio de la consigna, según mi opinión, apuntaba a que uno literaturizara la bibliografía crítica, valiéndose de su experiencia como lector crítico y creativo. En mi caso, pensé en una obra de teatro donde los personajes eran un hombre mayor, un joven y una voz en off que mediaba entre ellos. Cada uno de estos personajes, representaba una postura diferente sobre el modelo educativo.
   La experiencia, más allá de los resultados, me resultó muy placentera; el hecho de tener la posibilidad de jugar de esa manera con los contenidos me pareció una manera original de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la cursada. Es más, leí un parcial de un compañero y la sorpresa fue muy grata al darme cuenta que su respuesta (ficción) era diferente a la mía, en lo que refería a propuesta estética (registro, vocabulario, conflicto, etc.). Quién sabe, quizás después de todo no seamos tan autómatas los estudiantes de esta casa de estudios.

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