A lo largo de nuestra carrera, he notado, al menos en mi caso, que
existe una tensión entre la forma y el contenido de nuestras producciones. La
mayoría de las veces, realizar un buen parcial o una monografía correcta
pareciera consistir más en un ejercicio de forma que en un trabajo de
reelaboración personal del contenido. La clave del éxito- más allá de la
insistencia de los profesores de pedirnos que no nos limitemos a repetir lo
desarrollado por ellos en clase- radica, justamente, en volcar las líneas
generales de las lecturas que una cátedra determinada ha realizado sobre el
objeto de estudio seleccionado. Se trata de reproducir un formato específico
como el de la escritura universitaria, a fín de que aquellos que opten por
continuar una carrera académica no rompan con los protocolos o pactos de
escritura sobre los cuales se apoya el género académico. A veces basta con leer
el parcial o monografía de un compañero para caer en el absurdo de reconocer la
propia escritura en la del otro: ¿cómo puede ser que dos personas diferentes
hagamos parciales idénticos? ¿Acaso somos máquinas?
Con la consigna del primer cuatrimestre, debo admitir que la experiencia
resulto diferente: por un lado se apelaba a que uno repusiera los contenidos
estudiados, pero, por otro, el desafío
consistía en que uno mismo transformara esos contenidos a partir de su
capacidad creativa. ¿Quién que no haya cursado la carrera de Letras, en algún
momento de su vida, no pensó en ser escritor? El ejercicio de la consigna, según
mi opinión, apuntaba a que uno literaturizara
la bibliografía crítica, valiéndose de su experiencia como lector crítico y
creativo. En mi caso, pensé en una obra de teatro donde los personajes eran un
hombre mayor, un joven y una voz en off que mediaba entre ellos. Cada uno de
estos personajes, representaba una postura diferente sobre el modelo educativo.
La experiencia, más allá de los resultados, me resultó muy placentera;
el hecho de tener la posibilidad de jugar de esa manera con los contenidos me
pareció una manera original de poner en práctica los conocimientos adquiridos
durante la cursada. Es más, leí un parcial de un compañero y la sorpresa fue
muy grata al darme cuenta que su respuesta (ficción) era diferente a la mía, en
lo que refería a propuesta estética (registro, vocabulario, conflicto, etc.).
Quién sabe, quizás después de todo no seamos tan autómatas los estudiantes de
esta casa de estudios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario