viernes, 29 de noviembre de 2013

Entrada del blog - Mauro Moschini





Lo que recuerdo de cuando estuve haciendo el parcial es que contaba sílabas, porque yo lo hice en forma de diálogo gauchesco.
En general a la mayoría de los que estudiamos Letras no nos caen bien de entrada ese tipo de consignas. Como la del libro entrañable. Al estudiante de letras típico –que en general es un tanto pedante- de entrada le parecen cosas muy naif esas, muy hippies. Ridículas. Pero a mí por lo menos me pasó que, después de hacer a un lado esas consideraciones y sensaciones para hacer el parcial, me di cuenta de que si la materia se trata de reflexionar acerca de las maneras en que se enseña la lengua y la literatura, es pertinente que problematice lo acostumbrado en instancias como el parcial.
En el caso de escribir un parcial en forma de diálogo gauchesco, me ayudó a seguir pensando en los parciales como una oportunidad de desarrollar mi creatividad. Yo casi siempre lo pienso así porque si tengo que repetir más o menos lo que dicen en los teóricos para tener una nota, me aburro y no me sale nada. Me parece que aprovechar los parciales domiciliarios (en el caso de los presenciales, los odio) como una oportunidad para desarrollar una escritura creativa –más allá de las pautas genéricas a las que haya que ajustarse- depende de cada estudiante, pero también debería ser pensado así desde los docentes. Trabajar con otros géneros ayuda a salirse de lo ya conocido, a lograr que la escritura de un parcial sea algo más que cumplir un requisito cuasi burocrático.

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